Carnal.

Los orgasmos se sienten en la piel y la carne. Para que tanto romanticismo, si después lo diluimos en versos.

Porque no mirar el cuerpo, de frente, sin tanta alegoría. El deseo esta en la piel, la que trémula recoge el gusto de la vida. Vertiente cantante y sonante, besos que funden, cuerpos que se entregan sin tiempo ni espacio.

Ella quiso romantizarlo todo, luego me culpo por su falta de deseo. Yo ardía al verla, la devoraba entre sus quejas. 

Sus fragancias me embriagaban hasta quitarme el aire, el poco aire que guardaban mis pulmones... Su sabor salobre era dulce entre mis dedos, en mis labios, en mi boca. El tacto suave de sus senos rozando mi pecho, y esos casquillos que lo remueven todo. Solo quería escuchar sus gemidos, no sus palabras quejumbrosas y humillantes. Solo disfrutaba del paisaje de su cuerpo que se abría a mis ojos y era eso lo que importaba. El tiempo podría dejarlo todo, yo quería solo disfrutarla mientras existiera.

No queria frases lindas, ni unicornios de colores, quería hacer temblar su cuerpo salvaje. Queria su sed, su hambre, sus ganas.

¿Porque tanta pregunta, porque tantas palabras, porque tanto amor pintado en auroras boreales,?. Quiero el sudor, los gemidos, el roce húmedo de tus manos sobre mi cuerpo. Quiero ver bailar tus senos libres en el espacio, tus caderas remarcadas en cada embate, tus nalgas duras empujando mis ganas, tu sexo impío sin pureza. El sabor de tu sexo cuando tienes ganas. Quiero " tu " orgasmo, para tener el mio.

Quiero el pecado que no es pecado. No me pidas fidelidad, si tus carnes no responden. Me quedan algunos años, solo algunos años para disfrutarte.

Quiero pintar tu cuerpo con mis pinceles de baile simple, de colores reales, puros y palpables, sin diluirlos en el agua, creada para saciar la sed y no para regadíos de sembrados suntuosos. No más palabras necias, ni versos como relicarios, solo tiéndete en el lecho que hoy para ti he vestido. La vida es hoy, y mañana, puede no estar.

Gustab.

Siempre falta algo para ser feliz. Los silencios están llenos de palabras, hablan las manos, hablan los besos, hablan las fragancias, hablan también las miradas... a veces hay palabras que ni siquiera se debieran decir... porque tampoco serán las suficientes. 

Y así se nos va la vida, hasta que todo se vuelve solo un recuerdo y la ultima flor fue la que tiraste el el ataúd que ya no tenia nada que decir y, sin embargo, lo amabas...

"Vivir sus deseos, agotarlos en la vida, es el destino de toda existencia."

Henry Miller