La noche estaba oscura, el frío del puerto calaba duro entre las costuras, las farolas alumbraban sutilmente, y al pasar por el callejón, escuche la susurrante y ronca voz de la viuda negra del puerto. Personaje del que se hablaba en las fábulas de Valparaíso. Nunca estaba sola y el terror se apoderó de mis huesos.
-Tranquilo, te gusta lo que ves?- dijo suave la ronca voz de una mujer. Un abrigo largo acusaba un profundo escote y bajo las telas negras, un liguero de bordados y encajes presagiaban una muerte lenta y sanguinaria mientras otra mujer se reía nerviosamente tras de ella oculta por la poca luz del farol.
- hmmmmmmmm, ta rico... me dejás tocar?
Una de sus manos empuñaba el cuchillo de luz roja con afilada punta laser que se activaba al tocar las carnes vaciando un liquido verde en el sistema de circulación sanguínea, parecía inofensivo, pero paralizaba tus neuronas sin dejarte respirar y entregando tu cuerpo a los deseos más pervertidos que podrías imaginar. Lo apretó contra mis costillas, la otra tomó mi sexo con fuerza y susurró.
-Durito.... caliente e mierda, sácate la ropita- decía susurrante, mientras a lo lejos se escuchaban los gritos de una mujer. Luego me obligaron a seguir las voces que parecían cortar el frio. Una vez más el horror se apoderó de mi. A lo lejos se veía pareja forcejeando con una mujer
- Te gusta mirar eh?!!! bájate los pantalones y acuéstate ahí.- me ordeno mientras la otra tiraba de mi cinturón hasta desnudar parte de mi cuerpo, que reaccionaba a todas sus provocaciones.
-Sácale toa la plata a este wueòn, ahora vai a saber lo que es Weno.-
Mientras la otra vaciaba mis pantalones, ella subió sus faldas, y abriendo las piernas, se posó sobre mi rostro....
- chupa carajo, chupa... y su cuchillo empezó a rasgar mi piel bajo las costillas, gemía de placer- que rico. Anda chupa mà..- y se enterraba en mi boca ahogando los gritos que no podía largar. Sus caderas se movían como si fuera el mismo demonio, mientras el sabor agrio de su sexo emborrachaba mis labios ....- chupa carajo, chupa...- y dirigiéndose a la otra le enrostró..- y voh... no vay a querer nà?- la que al escuchar la invitación, arremango sus faldas y se deslizó clavándose en mi sexo.
Ambas gozaron de mis caricias obligadas por un buen rato, haciéndome eyacular una y otra vez. El doloroso sexo oral que se turnaban para hacer, la fricción de sus dientes, y el cuchillo que se clavaba a cada movimiento de sus cuerpos, fueron causando un gran dolor hasta hacer que mis sentidos no respondieran y cayendo inconsciente perdí la noción de lo que pasaba....
Después de muchas horas desperté tirado sobre los duros adoquines, mojado y sangrando, mientras una mujer me miraba a los ojos tiernamente...
-Pobrecito mi poeta.... también abusaron de usté....-
Humillado por la situación, avergonzado por mi cobardía, trate de pararme. Aquella mujer me apoyó sobre sus hombros, la sangre no dejaba de salir bajo mis costillas... desperté nuevamente tirado en una cama, mi cintura estaba vendada, mientras ella disfrutaba haciendo sexo oral...
- No se preocupe mi poeta, la Yamilet le va a ayudar a olvidar....
Me dejé llevar, y sólo al día siguiente pude regresar a mi frío apartamento con algo para escribir, pero destruido en mi interior... Corrí el rodillo de la vieja royal para iniciar lo que sería mi nuevo libro, y sin encontrar como titularlo, empecé a teclear. Hubiese preferido un puñal de los convencionales.
Gustab.
Un abuso en toda regla, aunque no te quejarás del resultado.
ResponderEliminarFuera de bromas un buen relato donde siempre está ese toque tan personal tuyo, donde el sexo es arte
Saludos .
A veces hay momentos en que es mejor dejarte hacer, que dejar de ser...aunque dudo que el poeta lo haya pasado tan mal...Menos mal que en mi viaje a Valparaiso no tuve que ver nada parecido...pero eso si..paseos por la playa, de compras en Viña, la infaltable visita al reloj de flores y muchooooo pisco, porque nunca pense que el frio fuera tan fuerte en Mayo...bssss..disfruté de la lectura
ResponderEliminarEl poeta abusado, quién sabe si realmente no disfrutó. Un viaje con los tintes eróticos que tanto te caracterizan. Saludos
ResponderEliminarUna violación en toda regla. Un relato interesante que me parece muy bien contado, ya me recomendaron en Valparaíso no ir de noche al puerto... ya sé lo que puede pasar.
ResponderEliminarUn saludo.
Vaya encuentro que el que ha tenido tu protagonista, Gustab! eso le pasa por transitar solo y tarde por esos callejones! jejeje
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por sumarte al reto