Isla de Peregrinación...

Tu y yo, en una isla donde la vida se nos vuelve miserable. Un monótono día sigue a otra idéntica monotonía. Las mismas cosas ocurrirán, volverán a ocurrir, los mismos momentos nos encontrarán y nos dejarán. Un mes pasa y da paso a otro mes. Y aquí estamos encerrados en esta pequeña isla. Es fácil adivinar los eventos que vienen; son los tediosos eventos de ayer. Y el mañana termina por no parecer un mañana. Sin consideración, sin piedad, sin vergüenza has construido grandes y altos muros en torno a mí, tu desdicha la mía, aislados por la monotonía del día.. Y ahora estoy sentado aquí, desesperado; No pienso en nada, este destino corroe mi mente, pues tenía mucho que hacer afuera y tomamos ese barco de tres grandes chimeneas, el indestructible, y he aquí donde este nos ha dejado... ¿Y por qué no te vi cuando levantabas los muros? ... nunca escuché el ruido de los constructores. Imperceptiblemente me encerraste fuera del mundo, dentro de mis suspiros.

Día a día me apenas atándome con los brazos en cruz; ceñida y al fin adentro... sueltas la pastilla y empiezo la peregrinación muy abajo, parezco estar orando a la partitura bajo tu ombligo, entre las enredaderas. Bebo tus olores y el gusto que tuviste al parir, el dolor de tus deseos, el temblor de la iniciación, muy por lo bajo te murmuro entre las piernas la más secreta de las oraciones haciéndote temblar. Me recompensas con una tibia lluvia de entrañas; y una vez que he terminado la oración, cierras las piernas levantando la cabeza... cuando estoy dentro tuyo... de tu templo, me bañas  hasta las cejas jadeando palabrotas, escupiendo maldiciones, enterrándote en mi boca. Mueres, y mueres ceñida a los muros de hojas de palmeras, con el débil cielo que nos cubre, sacudiendo las paredes...mientras afuera llueve, mueres, hasta que el aire se recoge en tus pulmones sacudiéndote toda, suplicando piedades y abrazando con tu sexo el mío, hasta hundirme adentro, aún vibrante en sacudones que terminan  en eyaculaciones, mientras lloras agradecida de mis días de monotonía donde las mismas cosas suceden cada día.

Gustab

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