¡¡¡¡ Jaque... Mate !!!!

De pronto, sesenta y cuatro cuadros saltaron a mi cabeza moviéndose como una ola en su vientre. Veía en una alucinación como la reina se comía a un alfil devorándolo excitada; Manantiales que corrían por sus piernas y un desangrado rey que yacía en un charco de sangre, mientras Alfil tenía su último orgasmo y la reina gemía y jadeaba enloquecida.

En un mundo de ensueño, Alfil, un guerrero valiente y apuesto, protegía a la reina de la noche. Ella tenía el cabello oscuro y su piel era de marfil negro, como la oscuridad de la noche. Poseía una sensualidad que enloquecía el tablero. Sin embargo, en su corazón y deseo solo estaba Alfil, con quien pasaba las noches mientras el juego estaba en tablas.

El Oráculo de la Luna profetizó, que su unión traería revoluciones al juego; Había un obstáculo, la reina estaba comprometida con el reino desde su creación. El fin estaba cerca.

Una noche, bajo la luna, Alfil y  Reina se encontraron fuera de palacio. Su pasión era intensa, la reina sabía que su amor era prohibido, y sacándose la corona y su vestimenta real, se entregó desnuda a los brazos del plebeyo que le protegía, temblando su cuerpo de excitación.

-Debo partir -dijo Alfil-. No puedo estar aquí y verte con él.

-No puedes irte -respondió la reina-. Mi corazón y mi cuerpo te pertenecen, mis senos llorarán tu ausencia y mi sexo se irá secando con el tiempo.

Entonces el Oráculo de la Luna volvió a escena; jugaban con fuego. Volvió a hablar:

-El destino es cruel. La reina debe elegir entre su deber y su corazón -dijo al viento que soplaba sobre el tablero.

La reina se sintió dividida. Su locura por Alfil era un infierno encendido que mantenía su cuerpo húmedo, pero sabía que le debía su lealtad al rey y al reino, y desnuda y provocativa, mantenía a Alfil como amante.

En la noche siguiente, se volverían a encontrar en el jardín. El rey, sospechando de la infidelidad, había planeado una trampa. Alfil sería capturado, castrado y castigado a vivir como un eunuco por el resto de su vida.

La reina, decidida a salvar a Alfil, cuando vio al rey y la guardia de peones que le rodeaban, utilizó su poder erótico para iluminar el camino de fuego, haciendo que los peones se doblegaran a su belleza. Todos lucharon contra el rey. El Oráculo de la Luna guiaba el tablero y sus movimientos.

Al final, El rey enfrentó un jaque inesperado, fue derrocado por los amantes, y la reina y Alfil se unieron en un amor eterno, quitándole la vida.

-Vuestra unión es el desequilibrio del universo -agregó el Oráculo de la Luna, desapareciendo en la niebla.

Y así, la reina y Alfil reinaron juntos, bajo la luz de la luna durante la oscura noche del último jaque mate al rey por toda la eternidad y sin volver a jugarse ajedrez en el reino.

-Hey Gustab, abre la boca que debemos tomar la pastilla, y jugar un juego más.- El tablero volvió a moverse en su vientre agitado, y las piezas rodaron por el piso. No entendía nada y tenía mis manos mojadas, mientras las alucinaciones desaparecían...

Gustab.

                                   Jueves de Ajedrez Sube al último escalón Aquí...