Nueva Delhi...



Una vez alguien me contó, recuerdo sus palabras, la India es el Kamasutra, encontrarás todo lo que se te ocurra, y descubrirás lo sensual y excitante que son las indias, y sin pensarlo tomé un vapor que me llevaría a ella.
Por las noches, no había dificultades para encontrar compañía; las chicas hindúes eran sumamente sensuales y ardientes.
Una mañana decidí buscar una playa solitaria, se me ocurrió tomar sol desnudo. Me quería sacar las ganas y trascender en el paraíso. Encontré una pequeña playa, que se accedía bajando una empinada escalera tallada de rocas, no admitía casi baño, por lo que era el sitio ideal. Bajé con cuidado y busqué un sitio que no se vería desde el camino, que solo era visible para alguien que bajara, además debía llegar hasta allí. Me desnudé y me tendí boca abajo en mi estera, dispuesto a disfrutar del sol.
Desperté acalorado y transpirando, el sol estaba bastante fuerte, giré para sentarme y de pronto vi a una chica caminando en mi dirección; era una hindú, con un hermoso cuerpo olivo, unas piernas torneadas, unas caderas perfectas, redondeadas, cintura estrecha con un vientre dibujado, coronado por un ombligo delicioso y unos senos tallados debajo de su blusa abierta que dejaba la imaginación al aire. Una delicada prenda de seda se clavaba entre sus nalgas, un rostro moreno bellísimo con una sonrisa teñida de eros y cabello que se cerraba en su cuello.
-Si puedes ponerte ropa, ve por el Bar Ámsterdam, como a las 10. – Dijo dándome la espalda; vi como su hermosa figura bailaba y se alejaba con un andar sensualmente oscuro.
A la hora señalada, la vi llegar, lucía un vestido negro de seda suave esculpiendo su piel,  cubría lo justo abriéndose suelto a sus muslos destacando su figura. Me sentí un tanto desorientado, no sabía si ella me había visto, y no me pareció oportuno acercarme.
-Hola.
-Hola… No recuerdo que nos hayamos presentado…
-Iniya, un gusto, tú eres…?
-Gustab - Contesté extendiendo mi mano.
Ella me la estrechó con delicadeza y reímos. Mientras buscaba algo en su cartera observé sus hermosos pechos, que empujaban la tela del vestido, mostrando unos pezones negros, no llevaba nada. Sacó los cigarrillos, mientras lo encendía dejó salir sensualmente el humo. Miré sus piernas y me imaginé lo que sería estar entre esos dibujados muslos húmedos por el calor de Nueva Delhi y mi boca perdida entre ellos
Me aproximé en la luz tenue de un rincón y la tomé por la cintura, ella giró hacia a mí y sin decirnos nada nos besamos. Su boca sabía a licor de almendras, era fresca y dulce, su lengua invadía mi boca apasionadamente y su cuerpo se apretaba al mío. Mis manos exploraron aquel hermoso cuerpo, ciñeron sus nalgas maravillosas, las acaricié bajo el vestido, firmes y redondas; su espalda desnuda era tan suave que no tarde en excitarme. Besé sus senos en la oscuridad, firmes y tibios, con sus pezones duros.  La oí suspirar y gemir, cuando los presione entre mis dedos. Traté de desnudarla, pero lo impidió con sensualidad. La vi arrodillarse e iniciar un juego con sus dedos. Su boca beso mi sexo bajo el pantalón, y abriendo la cremallera sus labios se apoderaron de mí, para llevársela toda a su boca enloqueciéndome de placer. Sus labios eran gruesos y firmes, su lengua acariciaba los lugares exactos donde se da placer. No recordaba un sexo así tan placentero. Sus dedos eran mágicos, y danzaban a la par con sus labios. Sentí como se venía mi orgasmo y le advertí; poco pareció importar, pues dobló esfuerzos y me engullo con ganas. Mis caderas empezaron a moverse instintivamente y empujé con fuerza en su boca... resistió y aceptó mis embestidas. Sentí los poderosos y hermosos espasmos mientras descargaba mis ganas en su generosa boca.
El éxtasis invadió mi cuerpo. Luego se puso de pie, lamiéndose los labios, me sonrió y me besó. El beso fue suave, delicado; su mano acariciaba mi sexo que empezaba a aflojar, por primera vez, saboreé lo que supe era mi semen y desapareció sin decir nada.
Nueva Delhi mostraba el glamour de sus noches, y yo desconcertado volví a mi hotel mientras las fragancias de especies entraban por mi nariz ; Curri, sándalo, cúrcuma, canela, clavo de olor, cilantro, comino, jengibre pimienta... Doblaban mi alma perdida entre los adoquines gastados mientras  la tierra del karma y dharma despedían la noche.

Gustab

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Neogeminis 

Alguna vez alguien me contó...


Comentarios

  1. Un encuentro verdaderamente excitante y sensual. Saludos!
    lady_p

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  2. Nunca entendí cómo puede una cultura como la hindú, tan restrictiva en algunos aspectos, haber producido algo como el Kamasutra, tan atrevido y explicito al plantear la actividad amatoria como arte y camino hacia el conocimiento espiritual. Muchas gracias por esta nueva aportación juevera, Gustab. Un abrazo

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    Respuestas
    1. Respondió a una cultura donde la sexualidad se disfrutaba libre, como en las antiguas civilizaciones antes de Cristo. gracia, Roma, china y el Tao del amor, Japón, la Mesopotamia, todas las antiguas civilizaciones no se restringía hasta antes de de Cristo y la manipulación de los cristianos.

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  3. Imágenes que muestran todo un despliegue de aromas. Muy sensual. Abrazos

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  4. Tremendo Gustab! Pude meterme en tu historia y sentir cada palabra, te erizaba la piel! Bello y sensual relato! Besos por ahí!!!

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  5. Todo un catálogo de sensualidades, enhorabuena :D
    Saludos. AlmaLeonor_LP

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  6. Hola Gustab! Estabas muy inspirado en esta convocatoria juevera! Nada menos que dos relatos! Aun puedo oler las especias de tu historia! Un abrazo!

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  7. El aroma de las especias es exquisito, la tierra de las especias y el Kamasutra te han inspirado a una ardiente historia, muy buena.
    Saludos.
    PATRICIA F.

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  8. No solamente alguien te contó, sino que te invitó a vivir la nocturnidad de una ciudad que no solo es bella durante el dia por su riqueza arquitectonica impresionante sino que te llevó a disfrutar del monzonico clima tropical de sus mujeres...y a nosotros a disfrutar de una excelente sobrecarga sensorial completa...besoss...

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  9. Cierto, lo que mas recuerdo es ese olor a condimentos, que no desparece en semanas donde haya estado una chica de la India.... a veces me duele la nariz... pero coincido en que todas se ven muy parecidas, no son feas si son jovenes.

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  10. Relatos llenos de sensualidad, una inspiración exquisita! Beso

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  11. Extraordinario texto que te hace vivir las noches exóticas de esa India de ensueño.

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  12. No sé si te lo contaron, jajaja, suena muy real y excitante. Sólo te haría un alcance en buena onda: el gentilicio de India es indio/india. Hindú es la religión.
    Te dejo saludos, gracias por visitar mi blog.

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  13. Gran verdad la que decís, sobre la manipulación del cristianismo, para reprimir la sexualidad.

    Ese encuentro confirmó la historia contada.

    Saludos.

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  14. Creo que dejarse llevar por los sentidos, el olfato es especialmente potente, es una forma de ser uno mismo, en todo, en la sensualidad también.

    Un abrazo fuerte, Gustab

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