Trigal ... ( otoño surrealista.)
"...lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente. Tienes líneas de luna, caminos de manzana. Desnuda eres delgada como el trigo desnudo. Desnuda eres azul como la noche..." PABLO NERUDA.
Quiero consumir este único instante. Hoy nos avisaron a todos la muerte de un joven de 17 años que decidió quitarse la vida en el patio 5, dicen que escapo lanzándose a las vías del tranvía. Dicen que su cuerpo se deshizo como un papel. Así gastado por la vida. Y no hacía más que seguir los pasos del de 49 del patio 6.
En fin, solo somos números en el frio y triste paisaje de invierno, que no deja de entrar. Porqué decidieron marcharse así, sin fiesta de despedida, sin parientes que los vinieran a buscar, ¿porqué?.
Curiosamente ambos decían ser la oveja negra de un rebaño blanco. Un rebaño sin pastor, ni perros que le ladren. Curiosamente, esos días, terminaban de caer las hojas del liquidámbar, unas ya amarillas y gastadas y otras de rojo frenesí. ¿Ellas también son suicidas?, dicen que si, fueron abandonadas por el árbol que las vio nacer. Tan triste como la lluvia que nos amenaza con caer. Como si lloviera el cielo y mojase la alfombra roja que han dejado abandonas los árboles. Ni las pastillas los pudieron detener, su vida gastada, su corazón sin alegría. un fin de otoño triste. Triste la familia, uno que debía ser abuelo y otro que apenas correría su 18 invierno que nunca llegó.
Las enfermeras dicen estar triste, pero ríen detrás de las paredes blancas, roídas y gastadas por la humedad de muchos inviernos y lo que vendrán. No había ninguna razón aparente para nosotros, total, cada uno vive su propio invierno en este sanatorio, somos locos. No sentimos, pero pintamos de azul el cielo y de ocre el trigal...
Trigal, donde mis manos se dilatan
Se comprimen y arrebatan
El color de tu trigal...
Trigal, ¡ay trigal!...
Dame el trigal de tus amores...
Para calmar viejos dolores...
Con el pan de tu trigal...
Con el pan de tu trigal...
Trigal, ¡ay trigal!...
Y entró por esa puerta abriendo su escote rosado, descubriendo sus senos para mis ojos, y rogando que no hubiera otro suicidio más en el oscuro hospital. Entonces se fue el frio, las hojas sirvieron de lecho cálido y tibio, puso una pastilla blanca bajo mi lengua y dejó que la bebiera oscura y mojada entre sus piernas... había paz en su mirada y en la mía... en la mía, mucha oscuridad. No los conocía, pero los sentía arrastrando sus cadenas por el corredor... ¿Porqué tomarían esa decisión?... estoy perdido en el trigal de vapor que escapa de su piel, empapado de sabores dulces con fondo agrio.
Trigo maduro hay en tu pelo
Robó quizá la luz al sol...
Yo soy el dueño de tu fruto...
Soy el molino de tu amor...
¡Ay trigal!..., dame tu surco y dame vida,
Borra mi tiempo y esta herida
Si ya es mío tu trigal...
Gustab.
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Un otoño un tanto gris, tal vez sería conveniente salir al patio y respirar eso calmaría los malos pensamientos.
ResponderEliminarEl poema es evocador.
Besos, Gustab.
Se compaginan la crudeza de la vida y las locuras que ésta acarrea, con la más dulce de las locuras: la primavera de la piel que sotierra todo invierno…
ResponderEliminarMagnífico una vez más.
Gracias por tus aportaciones, querido amigo.
Un verdadero placer.
Abrazo grande 💙
Un trigal que nos descubre una etapa de la vida de algunas personas, la dureza de los hospitales y las sensaciones que la mente del protagonista va descubriendo. Inquietante locura. Un abrazo
ResponderEliminarUn otoño oscuro y la crudeza de tu relato es genial !! Un abrazo
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