Monologo de un payaso. (Micro relato de un circo Triste.)

Acto único y final; La luz cenital del camarín, alumbra al payaso frente al espejo, mientras sus manos corren su maquillaje y las lagrimas lo diluyen... Será su ultimo monologo.
De fondo se escucha los gritos y aplausos del publico en off. y un oooohhhh de asombro.
El payaso habla con voz triste y desgastada frente al espejo:
En el abismo del gran escenario, con lagrimas de sangre dibujadas en mi rostro, sonrío. Imágenes absurdas se reflejan en el espejo, testigo de mi locura, con dibujada risa engrosando los labios de rojo, desnudo bajo la seda de mi vestuario de mil colores, vuelos rojos y amarillos fuertes, azules de zinc que hace ya un tiempo arrastro, seducen con veneno la sonrisa de un niño asustado. Mis ojos blancos de lagrimas azules y una estrella que parece un lucero anaranjado por el tiempo de risas. Toda una vida por dentro, llena de grises exigiendo un sueño.
Dimito mis penas negras, ocultándolas del niño que llora en mi presencia, mientras golpeo mi cabeza con palo de espuma y su madre abraza riéndose de sus lagrimas.
Vaya otro colorido traje de carnaval, a toda la algarabía, pues al finalizar el acto, entrego el primero y el último de mis consuelos. Me Despido al parecer, lleno de cordura con esta risa loca, todos mis recuerdos, todos mis reclamos. 
Me hundo en la penumbra y la angustia del desasosiego. Me busco en el lagrimar  de blanca aureola adusta dibujada, en el decrépito reflejo del juglar frente aquel espejo. Vivo, sufro, muero y lloro.. 
¡Sí, lloro, maldita sea! como cualquier otro pendejo … Antes de salir la bala.
Un orificio rojo y redondo en mi cara de payaso... Yazco en el sucio y frío toilette, en el tapiz de la quebrada banca descolorida y gastada por el tiempo... Un payaso triste lleno de sonrisas, quebrado en el suelo junto al calzado vacío, largo y trompudo, de suela gastada, de orificios por el roce del tosco escenario.
El maquillaje espera …
Un espejo triste salpicado por la sangre me busca; Ya no quiero que me hable de verdades, que se ría en el oscuro reflejo, que  me devore en la humillación del momento. 
El disfraz, percudido y gastado me abraza tibio en el yermo hueco; Su rojo, azul y amarillo dibujado en mis pupilas, el dolor que destroza mi piel, el veneno del alma carcomiendo mis  sueños de estrella. 
Desfila gris mi cuerpo en sinfonía de blancos y negros, que desarraigando el rojo del maquillaje de estrellas amarillas alrededor de mis ojos, se cubre de sangre, de la sonrisa amplia y desfigurada por los rostros de mi payaso.
Puedo escuchar los aplausos de los niños por ultima vez con los ojos llorosos y secos de palabras en el silencio; Esa algarabía sorda y soberbia que hace lo que les da la gana, mientras son abrazados por los senos robustos de sus madres encuadrados en profundos escotes, donde sus senos bailan libres repartiendo calor a los asustados púberes. Madres de piernas jugosas, excitadas por el sexo erguido tras las sedas del pantalón de colores. 
Pero a mí ya no me importa, ni siquiera en esa voz sensual que después del acto, susurra cerca de mis oídos de payaso, que a veces le acompaña y recita versos a su oído.
El rojo va cubriendo las tablas, mientras mi memoria de pantomimas se diluye en la sangre de las maderas gastadas del camarín. 
Vuelvo a vestir mi cabeza de blanco, despintado mi sonrisa de colores, secando las lagrimas del rostro de mi personaje. Ya estoy seco y tendido después de la ultima función, la muerte me ha apagado para siempre, ocultando el miedo por la vida.

Gustab



https://literatureandfantasy.blogspot.com/2024/05/el-reto-del-microteatro-mayo-2024.html 

Comentarios

  1. Siempre me ha hecho sentir triste los payasos, no sé, tiene algo en sus pelucas, sus caras pintadas, que no me causan risa, todo lo contrario. Un beso.

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  2. Un texto muy duro, pero seguramente cierto. El payaso ha de fingir una alegría impostada. Tal vez no siempre, pero cuando se quita el maquillaje, alguien sabe si por dentro llora. Eso sí, sin luces que lo alumbren.

    Un abrazo fuerte, Gustab

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  3. Triste pero quizás cierto, siempre mostrando alegría aunque este roto por dentro.
    Un abrazo Gustab.

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Desde la oscuridad...

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