Cruzando el Puente de Van Gogh. (un jueves, Un relato).

¿Cuánto atrae la miseria?.
" Pont de Langlois"... puente que muchas veces cruzó Vincent para ver el otro lado y saber que había en su mente que lo hizo pintar tantas veces. El hablaba del otro lado del puente y la miseria que no alcanzaban a ver los demás, porque en su mente podía ver desde su locura la razón. Luego escribió...
«Yo arriesgué mi vida por mi obra, y mi razón destruida a medias».- Vincent
La miseria atrae a tal punto que cuando se cruza el puente, muchos que lo tienen todo, buscan en ello paz. La Habana es uno de los imanes más bellos del mundo, donde la miseria se viste de risas y baile, de música y son, de sazón, de condimento, porque en la miseria sólo puede haber alegría, porque es la única manera de soportarla. Miles de turistas buscan eso, porque todo lo pueden pagar menos eso.
En la miseria hay espiritualidad, porque en ella se soporta, y no hay dinero que la pague. Mis ojos hoy perdidos en la ventana , buscan oriente, porque se que en la india muchos profesan el budismo para escapar de la realidad, y ahí esta su espiritualidad, porque la meditación los eleva sobre la pobreza, y muchos se hacen monjes desde pequeños para huir de la miseria. La miseria vivida desde afuera , alimenta a los que no compran la espiritualidad.
Mis ojos perdidos en las arrugas de Vincent, justo antes de decidir morir, hasta acabar con su vida sin antes escribir esa última frase, donde un papel llamado nota, sentenció su locura. El lo dio todo por su obra siendo tachado de loco y más tarde de maestro, de genio. Sus trazos nacieron de su locura , de su visión de la vida. Yo miraba su cuenco cortado, aún no se porqué, quizás ofreciendo su oreja como señal de amor, o simplemente en el arranque de locura de Paul. Nunca se supo que escondía Van Gogh en su interior. En el había miseria, locura.... o esa felicidad que no pagas con dinero. Yo escribo, él pinta.
Alguna vez nos fuimos de prostíbulos escapando a la vista de los enfermeros, al deseo de ellas que no dejaron los postigos cerrados, buscando esa felicidad que nos provoca el sexo, como señal pura del verdadero amar. No hay máscaras, solo dos cuerpos desnudos amándose y deseándose.
No hay locura más cuerda que perderse entre las piernas de una mujer, en la fragancia de sus senos, en la curvatura de sus nalgas, en disfrutar de su piel, de sus besos, de la cuenca de su ombligo, de la espesura de su nutrido monte de venus, donde la espiritualidad se convierte en placer sin libros sagrados, ni palabras de oración creadas por el hombre y perdidas en el pecado de hablar de Dios, de sentirse superiores porque las leen como loros naturalmente irracionales.
La sensualidad de esa piel desnuda, esta en el sabor, en la textura suave y mojada de su piel, en sus pezones erguidos por el deseo, en la dureza del placer de ser tocados y dibujados por una caricia o esculpidos con besos. En dos nalgas que al buscarse y mantenerse separadas, crean ríos de sudor. Entre las piernas, el follaje que invita a hundirte en él. Los colores que se escapan en el fuego del juego amoroso, en sus humedales encendidos por gemidos y corcoveos. Jadear y sentir hasta el orgasmo. Luego escupir pintura de los pinceles, tinta de las plumas, el blanco espeso que nos libera de nuestras miserias, dejando una sonrisa de ángeles en nuestro rostro volviéndonos niños una vez más.
Me extravié, ¿en que iba?.... ah si, decidió suicidarse dejando esa nota... lo taparon en pastillas, me hicieron olvidar. Ahora no recuerdo porque se suicidó, si me acuerdo de esos cuerpos que acariciamos juntos, esos espacios en que mojábamos nuestras bocas respirando la sensualidad de ellas, hasta sentirlas jadear y gemir. Yo me acuerdo de quedarme dormidos recostada mi cabeza en el vientre de una puta y disfrutando del aroma que salía de su piel luego del sexo.
Mi locura, su locura, la locura de ellas, el sudor y sus cuerpos, la sensualidad de la libertad, la nieve blanca cubriendo sus cuerpos, el puente que pintaba Van Gogh, los azules que vendrían, los ocres que lo adornaban , su pincel, la pluma con la que yo escribía en esos cuerpos en blanco que no podré olvidar...Una pastilla más, una noche más... ellas desnudas sacando sus delantales blancos, dejando el sudor y el deseo en mi piel. Les pregunte...
- ¿ Donde esta Vincent?..- ellas, no quisieron responder... 
El atravesó el puente, yo me quedé a este lado sin saber.

Gustab.-


Cruzando el puente para Campirela en este jueves 7 de noviembre de 2023.

Comentarios

  1. Lo has plasmado divinamente, que inteligencia la tuya como mezclas presente y el pasado, haciéndonos parecer que lo vivimos al unísono.
    Muy bueno ese puente, nos quedaremos con las ganas de saber que había en la mente de Vincent.
    Un fuerte abrazo, feliz semana.

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  2. No mejor que esa locura, tan vital, tan cerca del ideal.
    Saludos.

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