El Rincón del Maestro de Aragón.. (Un jueves un relato de neogeminis. Homenaje "A Goya")

"La melancolía era la felicidad de estar triste"...
La cama lucia sola y oscura, el bermellón de mercurio, el oropimente, el blanco de plomo, el negro carbón de madera, el azul de prusia, diversos tipos de ocres esparramados entre las sabanas y cubre camas, estos eran los pigmentos que el propio Francisco Goya preparaba y que le sirvieron para crear esas obras obscenamente oscuras; Hoy teñían su cama, ese rincón oscuro donde dolía la vida.
Las pinturas negras de mi querido francisco, mis dudas; eran si las pintó por pura necesidad emocional, por simple disfrute o si buscaba dejar algo a la posteridad.
Estaba sordo por el Síndrome de Susac", los dolores de cabeza se hacían constantes, así como los mareos y sus alteraciones visuales. Todo ello, creaba un nuevo pigmento en sus pinturas, el de la oscuridad y la angustia, su negro paraíso, "La melancolía era la felicidad de estar triste".
Tantas veces lo vi pintar a esos locos desnudos con sombreros raros de plumas y cuernos, se peleaban inmersos en su propia oscuridad, que fui entendiendo porque sus pinceladas eran cada vez mas oscuras, estaba sordo, y su vista perdía color. Sus pinceles divagaban tratando de grabar esos momentos que se hicieron cada vez mas oscuros.
Retrataba la sensualidad de esos cuerpos tratando de mostrar; toros, putas y sangre, el canibalismo era el resultado inesperado, fugaz, indolente y acosado por demonios. Los rostros se desfiguraban cada vez mas, pero nada lo detenía, esperaba morir con el pincel en la mano y la paleta oscura, chorreada de infiernos. Sus facultades sensoriales se deformaron, perdieron brío, luz, sonido, esperanza, al igual que esa sociedad en la que estábamos inmersos. Sus "Caprichos" fueron el primer acercamiento hacia lo inconsciente, hacia ese mundo interno en el que plasmar, como nadie, lo grotesco, lo monstruoso, lo fantástico. En esas pinturas Francisco me trajo el reflejo de las supersticiones sencillas, esas que creen y crean demonios. Criaturas nocturnas que invadían los sueños.
Muchas veces fue confundido con un loco más entre los internos y dejaban caer pastillas en su boca. Muchas veces compartimos enfermeras que estaban ganosas de una mente brillante , de genios, que deslumbraban con luz propia; A veces pienso que sus perseguidores,  los de la inquisición, buscaban que se quedara internado para siempre, para que sus pinturas no les delataran en sus abusos y morbosidades.
La cosa era, que ellas desfilaban desnudas entre nuestros camastros, inundandonos se sus gloriosos aromas hormonales y abusando de nuestras mentes lúgubres y degeneradas por el deseo de poseer un alma perdida. Sus senos colgaban y balanceaban libres en nuestras bocas, sus nalgas oscuras, entibiaban nuestras almas frías, y los frondosos matorrales. terminaban entre nuestros dientes, mientras mordían sus pezones... sus gemidos excitaban nuestras almas oscuras, las del sanatorio, negras por la imperfección de la locura. La suave piel de sus cuerpos, adormecian nuestros demonios.
Lo vi morir mientras su cuerpo se retorcía por el dolor, el plomo escalaba por sus manos hasta secar sus sesos, sus dedos y mente, un veneno que fue apagando la vida.
El no pudo escuchar su muerte. En su mente bullían aún los recuerdos, el sonido de los fusilamientos, el dolor del destierro, la quemazón de la deslealtad.
Las pinturas negras de Francisco decían, que lo que le dolía, "Era la vida y que estaba enfermo". 
Hoy luchan por desarmar el catre para otro interno, dejando en el olvido el genio de un alma en pena perseguida por sus detractores, los mismos que censuraban sus pinturas vistiendo sus majas desnudas.
Gustab - " Descansa Francisco, que aun piensan que estás en el purgatorio que ellos mismos crearon, pero sus sangres han absorbido el plomo  de las sábanas y no saben que les espera y el espera encontrase con ellos para retratar su rostros en el negro mas oscuro,  mientras sus demonios son pintados en blanco plomo , negro carbón de madera...y azul prusia adornando sus rostros demoníacos y deformados por su pincel, ocre en sus ojos bien merecidos por los demonios que les persiguen."

Comentarios

  1. En verdad es un tratado de Goya, es un acercamiento a esa figura, al final de mente insana, que en sus "Caprichos" dejó plasmada su alma, turbulenta, sorda y con un ensimismamiento que posibilitó la maravilla de sus láminas. En Zaragoza ví una treintena. Son fascinantes.

    Ese rincón de su alcoba, recreado en un presente de psiquiátrico es magistal. Chapeau.

    ResponderEliminar
  2. Qué relato nos dejas más desgarrador, se sabe que este genio de la pintura era un tanto siniestro , o al menos muchas de sus pinturas, sobre todas las denominadas negras son para mi gusto horripilante.
    Lo cual no deje en ellas la imprenta de una época y de sus circunstancias personales.
    La recreación que has hecho es muy buena, esa habitación bien pudiera ser de una donde antes era un lugar deprimente para personas que no merecen estar en esa situación.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Almas rebeldes, buscan entre las sombras su destino...

    ResponderEliminar
  4. Bonito homenaje a un gran artista! Un abrazo!

    ResponderEliminar
  5. Muy expresiva la forma en que nos presentas a Goya, clavado entre el dolor perpetuo, la inminente ceguera y la tortuosa mente que lo enfrenta a la realidad palpable. Muy buen aporte que celebro haber podido compartir desde nuestros jueves. un abrazo y muchas gracias, Gustab

    ResponderEliminar
  6. Es completamente desgarrador el relato que has forjado alrededor de la vida de Goya, cuando pintó sus monstruosa los que has descrito como entenfdido crítico de arte ¿Lo eres?, porque si no es así, realmente te has lucido.

    ResponderEliminar
  7. Excelente lo que has escrito sobre Goya, triste como la vida de muchos artistas que luchan para que entiendan su arte, contra sus demonios internos, muy bueno.
    Saludos.
    PATRICIA F.

    ResponderEliminar
  8. ¡Hola!

    Nos has retratado la historia de Goya como si tus palabras fueran un pincel y, verdaderamente, estuvieras pintando uno de sus cuadros, quizá de esas "negras" que él pintaba.

    Un abrazo. :)

    ResponderEliminar
  9. Que intensamente provocativas son enfermeras, que parecen, ninfas, súcubos.
    Todo un homenaje.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Desde la oscuridad...

Entradas populares