Solo de vez en cuando... (Neogeminis, un jueves un relato.)

A veces , no siempre , solo de vez en cuando falla el aire acondicionado del hospital el sanatorio destila un suave aroma a sudor, todo empieza entre las piernas y termina mojandolo todo... 38 marca el termostato. Mi cuerpo esta jugoso... mi sexo, como un gran charco de deseo... sudo. Mis pechos mojados empapan las sabanas revueltas, mi cabeza pegada a un muro buscando su frescor, la huella del sudor en el gastado muro.
Aunque desnudo, parezco estar vestido de lanas, mi mano juguetea con mi sexo buscando un poco de aire en el aire, como si batiese huevos en una sarten. Mis piernas mojadas, mi cabello empapado, y un sentir caliente que tiembla bajo mi piel.
Se erecta, entre mis dedos húmedos, se erecta. se dibuja duro en el aire, marcando venas verdosas y gruesas, que parecen no tener ganas, arde solo por el calor.
Se siente la cerradura, el titilar de las mil llaves, y una bocanada de calor entra con ella... suda ganas, mientras un plato tiembla entre sus dedos cargando pastillas.... susurra.
- que calor,- y al voltear, me ve desnudo, las pastillas caen junto con la baba entre sus labios- ¿¿¿que haces desnudo, que haces gustab???.... - su delantal blanco esta mojado, se marca entre sus pechos, bajo las axilas, el brillo baja húmedo entre sus piernas, su pelo luce enredado, desmarañado y crespo...
Mi gesto es indiferente, mis dedos siguen jugando sobre la piel erguida y mojada. La imagen falica brilla en su cabeza, las venas parecen enredaderas adosadas al tronco negro y morado, mi vista se pierde tras los barrotes de la ventana. Ella sigue ahí, paralizada y con la vista pegada en la enmarañosa enredadera y el brillo falico de su cabeza. Su boca esta con el néctar que nace desde sus mas adentros y los labios empiezan a brotar agrandándose hacia su nariz, son gruesos, grueso como una ventosa reprimida. Se arrodilla junto a la cama y apoya su cabeza en mis muslos, extraviando su mirada en el movimiento de mis dedos. Mi otra mano alcanza su escote, y mis dedos se pierden en su piel, gime y susurra ...- que calorrrr.-
Los botones van saltando al vacío y sus senos liberan un exquisito aroma junto con el sudor. Sus casquillos atrapados entre mis labios, se sacuden, se endurecen , tiemblan dejandose acariciar, flotan su senos en el aire mientras me monta como un alazán.
De pronto estaba semi desnuda cabalgándome, mientras sus pechos bailaban al compás, y sus caderas se aferraban a la mía, intentando detener la locura que nos embargaba, el va y ven que nos sacudía, salpicándolo todo mientras nos evaporábamos de calor.
Solo gemidos y jadeos... deseos... sudor... A veces , no siempre , solo de vez en cuando falla el aire acondicionado del hospital.

Gustab



 


Comentarios

  1. Ese aire acondicionado hay que ver la que ha liado. Sensualidad siempre en tus textos.
    Un abrazo.

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  2. Bueno, fallará el aire acondicionado de vez en cuando pero parece que el calor interior nunca deja de excitarlos en esa clinica! jajaja en mi caso no podría tener contacto "humano"en esas condiciones! Un abrazo y muchas gracias por sumarte a la propuesta, Gustab

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  3. ¡Vaya lío volcánico que se arma cuándo falla el aire. Y el Director que no se entera o ya hubiera hecho una colecta para comprar uno nuevo. Un abrazo Gus.

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  4. Eres brillante en tos textos eróticos, no sé cómo conoces tanto y tan bien la sexualidad femenina, pero lo bordas.

    Un abrazo, y feliz día

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