Mujeres, verso Oscuro.
¿Que inspira a un cantante a dedicar una cancion.?
Campirela, la respuesta esta, en la lujuria que hay en el cuerpo de una mujer.
Que hubiera escrito Neruda
Que habria pintado Picasso
Si no existieran musas
Como ustedes, Mujeres...
Mujeres, lo que nos pidan podemos
Si no podemos no existe
Y si no existe lo inventamos por ustedes
Mujeres, verso oscuro.
.Y cuando sintió la mano desbordante que se deslizaba por las bragas bordadas de encajes, justo para tocar y desnudar con precisión, palpando su profunda y salpicante caracola, tiernamente y con reverencia, escucho su voz profunda y excitada que le decía:
-No es lujuria Laura, no es la brutal locura con que te he escrito estos últimos días y noches, no, es el salvaje y casi bestial deseo por tu cuerpo...- y se le vino una idea a la cabeza; estaba muy contenta de sentir los dedos que le despertaban de su virginal ansiedad que le perseguía desde su adolescencia.
-Las dos partes de tu cuerpo que hacen las cosas más sucias, son las que yo más quiero. Las cosas más sucias son lo más amable de oír y de ver, porque las más sucias son las más bellas.
Te habrán impresionado las cosas sucias que te escribo. Quizás pienses que mi amor es una cosa sucia, Lo es.
-Deja a cada oración llenarse de sucias palabras y sonidos sin recato, sin pudor. Guarda silencio cuando no tengas nada que decir, di lo que tengas que decir, y dimelo caliente.
Ven, déjame verte, déjame conocerte, déjame aspirar y poseerte, dejame estar dentro de ti, entre tus alas de mariposa, en el humedal que me ofreces, en el caudal que corre desbocado y me enloquece.
Te quiero como para leerte, línea tras línea, espacio por espacio, en tu rincón mojado, posa de humedales. Quiero ahogarme en tus labios, susurrarte con palabras mudas el deseo que siento por ser parte de ti y dentro de ti ahora…No quiero tus palabras, quiero tu piel, tus labios comiendo mi universo, mi verso blanco, mi estela blanca corriendo por el surco de tus labios, garganta adentro, gemido ahogado, Bésame, tócame, hazme tuyo.
Bésame, dame la humedad de tu sexo en mi lengua y la tuya prendida al mio embistiendo tu boca al compás del mío; De tus labios, haz que tu saliva se confunda con el flujo mio, creando el sabor del infierno, la fragancia sucia, el murmullo espeso, haz que se conviertan en mi condena vacía.
Guarda silencio, déjate llevar, y bésame cuando me vacie erguido en tus labios, en tu boca llena, en tu sexo trémulo de corona roja y pulsante, vibra. Te cubriré con caricias, con éxtasis. Quiero morderte con todas las alegrías de la carne. Oh, cuánto anhelo sentir tu cuerpo confundido con el mío, verte desvanecer, desvanecer y desvanecer ante mis besos y embestidas.
Si hubiera dicho que su abrazo iba más allá del abrazo, tanto que al final se confundían sus contornos, tanto que nuestra carne desaparecía, tanto que perdíamos nuestra respiración devorados, ella y yo, por la misma boca sangrienta e insaciable. Experimentar una vez más este instante trémulo, tenerle, conocerle y dejarle ir, como un pájaro cautivo que sentimos palpitar bajo nuestros dedos. Sólo el latido unísono del sexo puede crear el éxtasis:
-Madame, le he convertido en una puta a través de la buena voluntad y una libertina a través de la virtud
Al mismo tiempo la otra mano separó suavemente sus piernas y comenzó a subir el viejo camino que tantas veces había recorrido en la oscuridad , en el pensamiento y escuche su delirante boca pronunciar sus gemidas palabras...
-Habítame, penétrame. Sea tu sangre con mi sangre. Tu boca entre mi boca. Tus manos siguen la senda de mi desnudo cuerpo y desembocan en los oscuros rincones de mis deseos, y allí, cual firmes centinelas del mayor tesoro que poseo, y cual ladronas de cuento, se apoderan de mi voluntad de hierro.
-Un beso es un secreto que se dice en la boca y no en los oídos.- le respondí.-Tú eres ese dulce pecado, el gemido que me engaña, la humedad en que habito. Somos dos versos que riman sin rima, somos la esencia de todo lo genial.
Y se prendieron los bosques consumiendo todo a su paso, ardiendo el deseo y el infierno que soñaba, que quería convertirlo en mi propio infierno, corriendose a caudales en mi boca, mientras me consumía entre sus llamas hasta convertir su cuerpo en cenizas, mientras el mio no dejaba de embestirla con furia, hasta derramar todo el deseo que me había consumido desde el primer dia que la vi... y se hizo la noche un verso oscuro, pleno de orgasmo e infinito abismo de culpas y pecados.
Gustab
Maravilloso empoderamiento al virtuosismo femenino, como musa de los genios.
ResponderEliminarMil besitos y feliz semana, Gustab.
Mira no sé si regañarte o darte la enhorabuena ajajajaja, regañarte porque te has pasado en palabras tres pueblos y medio, pero que decir creo que todos estaremos de acuerdo que lo escrito merece la pena leerlo. Gracias Gustab por hacer de la Mujer una bella poesía y sobre todo ese calor que derramamos.
ResponderEliminarUn abrazo y muy feliz semana!!
Sé que es algo que suele emplearse mucho; pero he de decirte que es de lo mejor que te he leído. Erotismo y poesía se rozan y se besan en este deleite que nos regalas. PRECIOSO, así en mayúsculas; tienes un don, querido amigo.
ResponderEliminarGracias por la belleza húmeda que rezuman tus letras...
Un verdadero placer.
Abrazo grande 💙
La lujuria no está en el cuerpo, sino en quien lo contempla, tampoco lo está el "pecado" que habita sólo en el pecador
ResponderEliminarUna vez, cuando terminamos de hacerlo, ella daba las gracias no por sentir mi falo sino, por la cosas sucias que le decía: Hasta se orinó.
ResponderEliminarUn saludo
No dudo que todo cuanto dices de la mujer la convierten en tu musa lírica-erótica-sensual, pero quien hace esa conversión es tu mente prodigiosa de escritor.
ResponderEliminarFelicidades.
"Sucia" desde la hipócrita mojigatería católica. Has hecho un verdadero himenaje a la sensualidad femenina.
ResponderEliminarUn abrazo, Gustab
-Las dos partes de tu cuerpo que hacen las cosas más sucias, son las que yo más quiero. Las cosas más sucias son lo más amable de oír y de ver, porque las más sucias son las más bellas.
ResponderEliminarTe habrán impresionado las cosas sucias que te escribo. Quizás pienses que mi amor es una cosa sucia, Lo es.
Se habla desde la lujuria, no hablamos de la mujer sucia myriam.... es pura lujuria.
Homenaje al erotismo, al lenguaje sucio, al deseo, a la lujuria, al orgasmo...a un todo placer, largo, intenso y caliente. Me gusta. Besos.
ResponderEliminar"Quiero morderte con todas las alegrías de la carne" Entonces doch! Gustab, nada dantesco, sigues una poética (de los cuerpos) carnívora y terrenal. No en serio, es muy chulo como mezclas el apetito extremo de mujer y poesía. Laura, la musa carnal, por el nombre siempre sonará por tradición a poesía;-)
ResponderEliminarUn abrazo.
"Dos versos que riman sin rima". Un milagro no tan cotidiano como debería.
ResponderEliminarYa está todo dicho, te felicito. Sublime relato.
ResponderEliminarQué texto más sensual y apasionado, toda una declaración de intenciones. ¡Me encantó!
ResponderEliminarAsimismo, me recordó a la frase de Woody Allen: "El sexo sólo es sucio si se hace bien" ;P
Un besazo, Gustab
Que candente la situación contada, acompañada por una sugestiva imagen.
ResponderEliminarSaludos.