La boca del diablo.
“La mujer y el horno por la boca se calientan” (Refran Español)
Mientras yo miraba por la ventana, con la vista perdida en una oscuridad, ella, perecía enredada entre las sabanas, estirándose como un reptil tratando de recoger los soles que entraban por la ventana.
El paisaje parecía estar cubierto de contrastes en mi mente, lo que parecía una cárcel, se presentaba, de alguna manera, como una presunta libertad, entregando antagónicas melodías. Por un lado la libertad de elegir y por otra, la obligación de permanecer.
Su cuerpo desnudo, ardiente y deseado en la intimidad, me hacia bien, y aunque en realidad era una suerte de carcelera y yo su rehén, ella permanecía encendida y dichosa, con una permanente sonrisa en sus labios, estaba feliz en mi tristeza.
-Qué calor- Sofocada , con una sensación tan espléndida despertó con la propia mano entre las piernas, tratando de prolongar un sueño lujurioso que se le escapaba. Con el cuerpo estremecido y la piel erizada, manteniendo los ojos cerrados, para que éste no finalizara jamás. Era el orgasmo que había experimentado en los brazos del demonio. Ella era así, y me lo contaba todo. Lo que pensaba que solo era un sueño, era una realidad que parecía negar en apariencia.
-¿que haces aquí?.- negaba lo que era evidente.
El fluido tronador entre sus piernas, lubricaba sus carnes y el semen expulsado, provocaba sus orgasmos. Eran líquidos tan preciosos y preciados como la misma sangre para ella. Con absoluta seguridad, ella creía que cuando cumplía su fantasía en el sueño y llegaba al clímax, el demonio de turno, bebía de sus fluidos, de los durmientes labios vaginales, para robarle la energía vital y, sobre todo, le arrebataba el alma, pero parecía negarse a reconocer la verdad.
-Oh, “vicio secreto”.- Decía, y me enviaba a mi habitación amenazandome con los enfermeros...
No pensé que los demonios provocaran los espejismos nocturnos, sino que eran producto de mi enfermedad. Soñar con un cuerpo bien dispuesto y rendirle homenaje, mientras ella gime de placer dormida.
Las enfermeras tienen fantasías eróticas nocturnas, y me describen como tentador demonio. Enfermas mentales, reprimidas. La causa real de que despertemos mojados y satisfechos después de esos sueños voluptuosos, aún no la conocen, solo yo se de ese secreto. Les he dado a probar mi boca noche tras noche, luego, despiertan desorientadas, enredadas entre las sábanas y no saben porque, negando mi existencia.
Gustab. ¿Lo que es una realidad, parece una fantasía? o ¿ loque es una fantasía , parece realidad?...oooh, vicio secreto...
Yo creo que no está tan loco el loco como lo pintan pero quienes sí se hacen las locas son las enfermeras que se desnudan de la carne para vestirse en amenazas que aseguren su sustento de vicio.
ResponderEliminar¿Quién es más prisionero? ¿Quién está preso o quién no quiere salir?
Como siempre, un magnifico relato que da gusto leer, ambientado, no sé por qué pero siempre me lo parece, en esos lugares arcaicos.
Muchísimas gracias por sumarte a la convocatorio y creo que el contraste está más que logrado.
Un beso enorme.
Un contraste muy bien logrado y lleno de erotismo y vicio.
ResponderEliminarMuy buen relato Gustab.
Un abrazo!!
Los contrastes son a veces muy oportunos. Me ha gustado leerte, sin saber jamás qué separa a un loco y a un cuerdo. No hay separación en realidad.
ResponderEliminarUn abrazo
Cómo habrá sido en esa clínica el proceso de selección de las enfermeras? O se habrán puesto así de frenéticos después de un tiempo de trabajo? Jajaja una simple pregunta que viene a mí cabeza! Un abrazo Gustab
ResponderEliminarEs una forma de autoengaño, yo creo, cuando eres capaz de negarte algo que es tan necesario para vivir como el alimento. Besos.
ResponderEliminar¿Es el personaje una proyección de las fantasías de las enfermeras, cargadas de deseo?
ResponderEliminarSospecho que tienen la fantasía de ser retenidas por ese especial paciente.
¿Y si realmente es un demonio, retenido por esas candentes enfermeras, con símbolos mágicos?
Intenso
si todos estos demonios son muy voraces, no es raro que lo vayan a uno envejeciendo hasta que morimos.
ResponderEliminarSin ellos de seguro nos mantendriamos jovenes e inmortales
En algún momento de la lectura me recordaste aquella canción de los 80s, La Salamandra
ResponderEliminarUn abrazo
Contrastes erótico llenos de sensualidad más por las enfermeras que parecen estar más locas que el mismo loco.
ResponderEliminarHola Gustavo , yo creo que lo os y enfermeras se complementan , ya que los locos ven en ellas las diablas y ellas en los locos el demonio.
ResponderEliminarMuy bien escrito, saludos de flor.
Tu mente e imaginación es un infinito de claroscuros, un laberinto por descubrir
ResponderEliminarAbrazo