Lluvia de Otoño.

"Algunas personas caminan bajo la lluvia, otras simplemente se mojan."

(Roger Miller)

Miro las gotas caer y sonrío, la lluvia abre surcos, como mi boca y el río bebe su agua, como mis labios. El río se agita, su caudal aumenta, me moja, siento su sabor, su olor. Sus gotas tras los cristales brotan dando brillo a su piel, sus pezones crecen, empapando de sed mi carne, sus senos entumecen mis sentidos, me arropan, me quitan el frío.

Tiemblo de sólo verla desnuda, su piel brotando entre las sabanas, y el sudor centelleante de su piel que lo llena todo. Su aroma a hembra , sus piernas semi abiertas suplicando una caricia, sus labios hinchados, gruesos de besos.

Necesitaba la brisa que entraba por la ventana, el aroma de la lluvia y la tierra mojada confundido con el de su sexo, y sus senos a la voluntad del sueño llamándome a besarles y beber, la lluvia y ella. 

Mi corazón bramaba para latir danzante con sus caderas las que parecían dibujadas por el pincel de luz que entraba por la ventana, el resplandecer de sus vellos coronando y protegiendo su pubis despeinado crespo y sedoso y se fueron abriendo sus piernas para llenar mis narices de su fragancia y el deseo que brotaba mientras lo hacía. Sus labios vaginales permanecían unidos escondiendo todo su color mientras mis dedos despertaban para descolorarlo y así se vino el otoño, cubriendo las calles de agua y dorado, mientras nuestros cuerpos se reencontraban.

Gustab.