Ansiedad, un deseo carnal. (Relato de febrero, a Ginebra)

 

Ellas decían que el problema que habían detectados los psiquiatras en mí, es que mi corazón no se conecta con mi cabeza, que hay una parte de mi cerebro que tiene un abismo entre un lado y otro. Y hay neurólogos que me han pasado una y otra vez por maquinas que hacen tan transparente mi estructura ósea, que podrían llegar a leer dentro de mí. Es decir, mi corazón no quiere escuchar mi cerebro, y mi cerebro no logra convencer a mi corazón, por eso que estoy aquí, por mi corazón rebelde y poco racional. Mi corazón vive en un mundo dominado por el amor, mientras mi cerebro a pesar de esforzarse en explicarme que estoy equivocado, no logra transmitir nada a mi corazón, y todo lo que el me quiere decir cae en un precipicio, en un abismo en el que las palabras nunca dejan de caer.
"Uf, mis ojos empiezan a divagar, la vida se empieza a nublar, las voces de la enfermeras se empiezan a alejar, no, empieza el viaje al abismo, empiezo a caer... mis alas están abiertas en el vacío..tengo que volar. Siento la tibieza de unas manos en mi pecho, y se empiezan a mojar mis labios, se sienten oprimidos, es un beso, estoy seguro es un beso... otra mano baja por mi vientre, otra sube por mi pierna, las siento una viene tibia , la otra muy fría...mi sexo empieza a despertar, pareciera que mientras mis ojos se cierran mi sexo se endurece, siento como la sangre abandona mi cabeza y baja por mi cuerpo para llenar mi sexo.
Estoy en sus manos nuevamente... ellas volverán a disfrutar lo que yo olvidaré en unos instantes más,
luego que todo esto termine. Hay unos labios que me besan, puedo sentir el peso en mi vientre de un cuerpo exaltado, me oprime, a veces, siento que pierdo la esperanza de respirar, y en mi sexo hay humedad, esta mojado, y algo resbala en él. no es el sexo de una mujer, esto tiene más destreza, es suave, a veces duele, algo roza y parece cortar, siento con que extrajeran o intentaran extraer algo de ahí, la sensación es agradable.... luego algo mas tibio hace que mi sexo desaparezca, emergiendo cada unos segundos para que la boca de otra lo recoja, son dos sensaciones exquisitas, mi corazón late con fuerza, mis gemidos se ahogan, mi vientre tiembla en sensaciones difíciles de escribir, una mano aprieta con fuerza mi sexo y lo agita desgarrando mis carnes, no esta duro, ni tampoco blando, hay rabia y deseo en ese gesto, luego se vuelve a hundir en la tibieza,...."




Gustab.




Comentarios

  1. Agradecerte también por aquí tu participación, querido amigo.
    Tu pluma, una vez más, resalta tu maestría para narrar ese clamor de la piel que desea y por la que sucumbir; el placer no atiende a razones, solo a fluir(se)…

    Muchísimas gracias.
    Siempre un placer leerte…
    Un abrazo grande, y muy feliz noche.

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  2. Gracias a ti Ginebra por darnos la oportinidad de compartir.

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  3. Un relato donde las emociones juegan un papel muy importante para dejarse llevar y sentir. Mis felicitaciones.

    Mil besitos, Gustab.

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  4. Me ha encantado el relato y la imagen


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    GUSTAB si algo te molesta de alguien en mi blog, escríbelo
    Yo no me ofendo pero comenta sin miedos

    Abrazos

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  5. No sabemso cómo los hilos que unen mente y corazón se tejen, o se rompren, sin embargo, es muy bello, y bueno, que, en parte, nuestro cuerpo siga el instinto de volar...y de gozar.

    Un abrazo, Gustab

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  6. Brutal aportación, Gustab. Me gustó mucho el principio al plantear esa dicotomía entre cerebro-corazón. Y luego el encuentro con las mujeres... uf. Además, creo que las fotografías eróticas (¿de finales del siglo XIX y principios del XX, quizás?) le dan un toque especial.
    Un besazo y feliz semana

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  7. Una aportación que difícilmente deja indiferente. ¡Me encantó!
    Saludos

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  8. Es curioso que se desconecte de la realidad, siendo que es atendido tan bien por esas enfermeras, que parecen estar entrenadas para la seducción, para la sexualidad.

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