Melodía de sirena. (retasos de vida).

Así me siento ahora.


El mar esta en calma, la suave brisa me ha despertado. Cerca de la orilla diviso a dos amantes, envueltos en una sabana roja, abrazados, sin miedo, su piel aun esta mojada. En la arena suave, se besan sin miedo a que el mundo los vea amarse, sin temor a que la vida los separe, son solo piel en ese instante, son solo deseo, polvo de vida.
Se dejan llevar, se aman y se devoran, él come de sus labios, mientras ella gime, el baja por su piel y llega a sus senos envolviendo sus endurecidos pezones con sus dedos, ella sigue gimiendo mientras su mano toma el vástago mástil de su deseo, regido por las velas que soplan sus gemidos.
 Lo acaricia llevándolo a mar abierto, donde las olas harán el resto. Yo desde el mar los veo como se aman, pero a ellos no les importa, porque son solo piel en ese instante y nada en el mundo los puede separar.
Ella se arrodilla y lleva el mástil a su boca, él se deja acariciar, gime apoyando sus manos en su espalda desnuda. Ella, bebe, frenéticamente, el sudor corre por sus dedos, él toma su cabeza y acaricia sus cabellos, mientras ella se desliza por su sexo, que también es acariciado por el viento. Desde la punta hasta el fondo, ella va succionando y apretando los labios, hasta hacerlo acabar dentro de ella. Unas gotas de semen corren por sus mejillas, ahogadas por la tormenta que le provoca. Ella no las pierde, el aprieta fuertemente sus labios, pero aun así no logra apagar su grito, entre las risas que provoca el someterlo.


En un cuarto junto al mar, que estuvo cerrado por mucho tiempo y que desde mi mar se ve perfectamente, ella entra en mi memoria socavando un sentimiento vetusto, remoto. Atávico recuerdo que ata mi memoria, mientras las olas golpean sus senos desnudos y sus cabellos se mueven en el agua, deseando ser liberada por sirenas de tornasolados colores marinos.
A ese marinero que ausente esta, que aún no llega a su roca, le canta bellas canciones para que lo traiga a ella.
Un canto de deseo, excitación pura, melodía de sirena.

Gustab, cantos de sirena a mis oídos.

Comentarios

  1. Esa sierna varada en el recuerdo, la de instantes que producirá en el marinero del cuartito. Un texto más que evocador, pero elegante.

    Un abrazo

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Desde la oscuridad...

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