Delirios . (sexto circulo, Herejía).

"Aquí son castigados los herejes, entre los cuales están los que negaron la supervivencia del alma, en sepulcros en llamas: la idea probablemente está tomada de la pena a la cual estaban castigados los herejes en los tribunales terrenales, es decir la hoguera, en cuanto el fuego era considerado símbolo de purificación y correspondía a la luz que ellos pretendían expandir con sus doctrinas. En el Infierno los seguidores de cada secta están juntos, mientras que el sepulcro alude a la negación de la inmortalidad del alma."
Despertares que avivan los estímulos. Comienza la danza, instinto puro , provocando morboso el sueño ardiente con alucinaciones de sexo y deseo.
Pensamientos en intimo espiral, provocan flujos de almibares entre sus piernas, corren como torrentes sobre su piel, removiendo su aroma, purificando al silencio. Succionando, lamiendo cada  rincón de su rincón  más intimo.
Despojados de vestidos inquisidores, de livianos reflejos instantáneos lubricados en una  inconsciencia, se intuyen prisioneros del tiempo estable en desequilibrio.
El sudor se evapora por encima de sus cabezas, condensándose en las alturas y volviendo a caer sobre sus cuerpos desnudos , bañados de deseos  idílicos.
En mutuo arrebato, un elástico en movimiento, moldeable a las dulces posturas, en relajado vaivén danzante, sin miedo al desaliento, fruto de tanta excitación provocada. Su cuerpo, desde lo profundo del ser, se abre al bello éxtasis que la alimenta.
Jugosos fluidos de cálido aliento en constante flujo, acompasando los latidos sincronizados en sacudidas armoniosas.
Dilataciones devotas de Dios, refugiadas en las entrañas, remedio a su inhabitable placer, en espera de que el bálsamo ardiente,  produzca el milagro del éxtasis.
-Apasionada y delirante flor, prisionera del beso, carcelera de sensibilidades, con esencia excitada, déjame ocupar tu morada, para fundirme en ella.
Dos cuerpos en busca del orgasmo, como sensación última, de conciencia pura, transmitida por la caricia.
Pérfido delirio que desaloja el infierno, el gozo palpable de la rotación. Sexo y boca, boca y sexo, sincera ternura perturbada y sosegada, con síntomas de eterno amor que descubre sensaciones y el morbo de ser.  Ambos perdidos en el sexto circulo del infierno, la herejía.

Gustab, delirantes infiernos de Dante.

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