El sensual roce De Sherlock Holmes. (relato Juevero Campirella)


Sherlock Holmes, debía de solucionar en la sala de danza, quién podría ser la bailarina que había sustraído de los vestidores el exquisito collar de perlas de Alexandra Danílova, la distinguida profesora de danza clásica Rusa-
Al entrar a la sala de baile, sólo 5 bailarinas continuaban con su practica diaria... vestían sus delicadas mayas de baile, donde se escondían todas las posibilidades de que una de ellas lo ocultara. Pero como descubrirla sin acercarse a ellas y menos aún intentar someterlas a una revisión?. Todas ellas hijas de grandes comerciantes adinerados y con importantes influencias dentro del ministerio, sería un gran escándalo en la alta sociedad londinense, que podría comprometer la estabilidad de alta escuela de danza moderna de Moscú.
Sin embargo su gran capacidad de observación, llevó a Sherlock, a solucionar el caso sin siquiera acercarse a ellas. Dentro de la multiplicidad de pasos que realizaban las bailarinas, se observaba el extraño modo en que una de ellas se movía sobre la pista con extraña ligereza , mientras de sus cabellos  corría una permanente gota de sudor más allá de el esfuerzo que dicha practica solicitaba.
A cada paso, se dibujaban delicadas muecas en su rostro, que delataban el placer que le producía la practica más allá de su gusto por la danza.
Las piernas se mantenían paralelas y se separaban ligeramente. Los brazos se abrían casi en forma de cruz, curvados ligeramente, un Demi plié realizado ligeramente flexionaba las rodillas y bajaba el cuerpo como si fuera a quedar en cuclillas, pero , sus rodillas hacia dentro, acusaban un movimiento que no terminaba de fluir, y sus labios mantenían una tensión que no parecía la seguridad, de quién sabe casi por instinto, las bondades del dominio supremo de este arte. Más aún, sus labios apretados, acusaban un ligero temblor en su rostro, que se iba desdibujando hacia un casi orgasmo en cada giro. Sus piernas tendían a apretarse para doblar su cintura hasta humedecer la maya que le cubría.
La mirada del detective se clavo en esa humedad que iba acentuando el color de la maya en la zona más delicada de la bailarina, mientras esta se esmeraba en girar, manteniendo una ligera presión en su entrepierna para que nadie notara la dificultad que le producía el acelerar sus movimientos al nuevo ritmo que increchendo, exigía mucha más soltura y flexibilidad de su cuerpo. 
Sherlock dirigió su mirada a la profesora, con una ligera mueca , solicitó a la profesora, que exigiera a su pupila más expresividad, y tres golpes de vara sobre los barrotes, el piso, y un ligero punteo entre las piernas de la bailarina, bastaron para que ella se apurara a completar y exigir el paso, hasta caer al piso jadeando y gimiendo de excitación, acusando el juego de las perlas dentro de su sexo y el roce frenético que entre sus piernas  le producían, hasta caer en un gran orgasmo, que termino cortando las ligeras ataduras que unían las exquisitas piezas de perfecto cultivo y elegante visión que rodaron sobre las tablas del empolvado salón que la terminaron llevando al abismo terminando por cerrar el caso.

Gustab, tras los pasos de Sherlock Holmes.





Comentarios

  1. Te felicito por este texto que a parte de investigar el caso de las perlas robadas nos has llevado de la mano una escena de suma sensualidad.El placer de las perlas en el sexo y llegar a manifestarlo de tal manera la dejó al descubierto de que ella era la persona culpable del robo. Desde luego este detective es un gran observador ajajjaj. Muchas gracias por sumarte y déjarnos tu aporte muy bien llevado. Un abrazo y muy feliz viernes.

    ResponderEliminar
  2. Algo así como bolas chinas sofisticadas!...muy observador este Sherlock!
    Buen aporte para esta convocatoria detectivesca. Saludos!

    ResponderEliminar
  3. Me queda una duda. Eso que se repite en dos ocasiones,de que la bailarina apretaba los labios, Sherlock, ¿como lo veía?😜es broma
    Me ha gustado cómo has aguantado la tensión hasta el final, desvelando poco a poco...
    La pillaron. Pobrecilla , o no?
    Saludoss

    ResponderEliminar
  4. Sherlock Holmes ha demostrado ser un brillante violinista, incluso un destacado compositor. Por lo que tiene sentido que tenga nociones de ballet. Y su habilidad para descubrir a la ladrona.
    Seguramente uno de los casos que el mundo no estaba listo para conocer.
    Bien contado.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Un caso muy original con una sensual y acertada descripción muy gráfica de la danza y un Sherock Holmes muy observador. En cuanto a la narración, me gusta mucho el uso de expresiones que rozan en lo poético tales como esta: "(...)la seguridad, de quién sabe casi por instinto, las bondades del dominio supremo de este arte." Sin embargo, al final del texto, como sugerencia te digo que yo lo hubiera finalizado con las perlas rodando "sobre las tablas del empolvado salón" (eliminando "que la terminaron llevando al abismo terminando por cerrar el caso", que además de sobreentendido, le quita soltura al texto).

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. PD - Gracias por tu comentario en casa,
    bienvenido a ella siempre que lo desees.

    ResponderEliminar
  7. Una resolución de un caso increíblemente sexy, supongo que la registraría a fondo.
    Un placer leerte
    Abrazo

    ResponderEliminar
  8. Me ha gustado mucho tu relato. Un poco de excitación para Holmes y tus lectores ponen la guinda al caso de las perlas.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  9. Muy imaginativo. Hay posturas de danza que pueden ser muy estresantes, pero con un detective tan listo, no hay robo que quede sin autoría

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  10. A mí me ha parecido excitante tu relato, me ha encantado, por su erotismo y sensualidad, ha estado genial, me alegra que hayas participado.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Desde la oscuridad...

Entradas populares