La brisa del mar....

Por fin había logrado escapar del mundo de barrotes, ella había dejado la puerta abierta, la oscuridad se disipaba y yo corría por los pasillos mientras los demás gritaban como locos. Aferrados a los barrotes gemían como verdaderos simios, otros ladraban como los perros. Entre gritos divisé la luz, los muros parecían juntarse al fondo, pero corrí sin mirar atrás, hasta que por fin de un golpe se abrió la última puerta de barras de fierro alemán fundido en canteras germanas.
La brisa del mar golpeó mi cara, y aunque oscuros los adoquines brillaban mojados por las lloviznas que se dejaban caer sobre el puerto. Ese olor a tierra mojada me gritaba que estaba en libertad, y las nalgas redondas de la última enfermera, habían dejado un aroma a jazmines sobre mis labios y nariz, un sabor profundo me impregnaba la boca. Era dulce y fuerte, fragante como un amanecer en primavera.
Estaba desnudo, ella se había guardado mis ropas para no olvidar esa última noche. Esa que había decidido que sería su última vez. Me dejó tendido en la cama luego de introducir la última pastilla blanca bajo mi lengua, luego besó mis labios y se despidió. Cuando sentí los fríos adoquines bajo las plantas de mis pies, pude reconocer la vida nuevamente.
Corrí sin rumbo por varias horas en la oscuridad de la noche, muchos de los faroles a Kerosene sólo soltaban un horrible olor que se mezclaba con el aroma a mar. En el puerto, un carguero alemán hacía sonar sus bocinas roncas en la soledad de la noche, todo me hacía volver a la realidad, a mi mundo, a mi alma... de pronto escuche una voz en el fondo de un callejón, era Ibón, la argentina que venia de Buenos Aires envuelta en elegantes abrigos de pieles, en sus manos una botella de agua ardiente que ella me ofreció. ¿Se acuerdan de ella?, alguna vez les hablé. A sus 50 y tantos, aún era una mujer hermosa, de gruesos labios, y voluminosos senos. Se sacó el abrigo de piel y lo puso sobre mis hombros. Me acarició lentamente, recorriendo mis pechos de rizados vellos castaños entre canos, luego me besó y preguntó que me había hecho. Le conté mientras servía de la botella. Ella sólo acariciaba mi piel henchida en granos de frío dolor, mi piel se erizaba a cada caricia que ella daba, y fue besando desde mi cuello para terminar en mi sexo endurecido por sus labios, y mientras disfrutaba del sabor que él retenía, decía:
- Pobre Gustab....- y hacía desaparecer mis gozos entre sus labios.
Yo bebía el agua que quemaba mi garganta mientras sentía sus gruesos labios gozando de mi cuerpo y el mezclado sabor de mi piel con las fragancias de la enfermera que había liberado mi vida tras un cobró que no podría eludir...
-Pobre Gustab...- repetía una y otra vez.
Cuando logró extraer la última gota de placer, dejó que me fuera sin dejar de decir esas dichosas palabras. Corrí escaleras abajo hasta llegar al mar, donde dejando caer el abrigo me zambullí para nadar desnudo entre las saladas aguas me mi mar......luego de un rato, volví por fin a mi departamento, donde el polvo lo cubría todo, la llave que escondía bajo el macetero, me sirvió para abrir.... ahí estaba la vieja royal con finas telarañas cubriéndolo todo, y una hoja enquistada entre el rodillo y el metal, que hablaba de Don Juan De Marco, y su última mujer... la que no lo olvidaba, pues su fragancia y temblor de voz, habían quedado grabadas en su alma para siempre. Pero no estaba terminada, me senté frente a ella desnudo, cubierto por el abrigo de piel, mientras mi cuerpo azulado temblaba por la humedad que guardaba mi cuerpo mojado... pero mis dedos endurecidos, temblaban ante las teclas de metal, sin poder golpear nada....... Ante mis ojos dos luceros verdes iluminaban mi cuarto, que aunque no estaban allí, calentaban mi alma.
Las voces del hospital, seguían golpeando mis oídos, no podía distinguir entre la realidad y la fantasía de mi libertad.
Gustab, después del infierno...

Gustab

Comentarios

  1. Ante mis ojos dos luceros verdes iluminaban mi cuarto, que aunque no estaban allí, calentaban mi alma.
    ME GUSTO TU BLOG, TU FORMA DE ESCRIBIR Y DE SENTIR.
    CARIÑOS PARA TI.
    MAR

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  2. Agradezco inmensamente el recorrido que has hecho por nuestra cerradura. Haré lo mismo por tu casa, ya que lo que he ncontrado me ha gustado un montón.
    Espero verte más!
    Un beso
    Yedra

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  3. Algunos no distinguen fantasía de realidad sin estar internados, son peligrosos.
    Por otro lado, está bueno sumergirse en fantasías para liberar el alma de las realidades acongojantes.
    Un beso.

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  4. ¿Qué es realidad y qué es fantasía?
    Da igual, ambas las describes perfectamente... Me gustó.

    Besos borrascosos

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  5. Te acabo de descubrir y me acabo de quedar con la boca abierta, que manera de describir el momento, me ha gustado mucho..
    Besos muy cálidos

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  6. Maravillosas sensaciones estremecen mis sentidos al llegar a tu lado, maravilloso momento el que compartes

    un beso

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  7. Gracias....
    Las habilidaes de describir momentos se dan a un nivel muy intimo dentro de tu corazón e historia.
    Cada parrafo que he escrito son visiones tan reales como profundas es mi corazón.
    Cada linea, cada letra, cada sentimiento es algo que va vistiendo mi vida en estados de animo muy profundos.

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