Historia de un secreto. (Jueves de Neogeminis.)

Fue un secreto que guardaron desde niñas. Apenas despuntaba la luna, cuando se convirtieron en mujeres, habían decidido compartirlo y degustarlo, desde que sus dedos empezaron a esconderse entre sus sueños y muslos.

Habían pasado cinco años, y estaba desnudo frente a ellas... el río escondía su gran deseo bajo el agua, la onda posa en que estaba, le cubría hasta sus caderas. Por el rabillo de la puerta de su habitación, le habían visto muchas veces expuesto, como un gran obelisco que rompía en bolsas de agua su imaginación, corriendo entre sus muslos como grandes caudales de agua pura. Sus dedos eran elfos danzantes, enredados entre las delicadas esterillas húmedas que emanaban al compás de sus inocentes jugueteos al fisgonear con descaro y vergüenza.

Entraron al río desnudas a sus espaldas, y cuando ya estaban cerca, sus manos dieron rienda suelta a todo lo que habían imaginado. Pronto estuvo el bastión entre sus dedos , mientras sus bocas peleaban el espacio para robarle un beso. Me deje llevar por la locura de las adolescentes que apenas descubrían su sexualidad, tomando todo lo que sentía que les pertenecía.

Sus manos encendieron todo mi deseo , mas allá de la erección... Sus bocas insolentes recorrían palmo a palmo mi cuerpo encendiendo mi piel que se quemaba en la humedad de sus besos , bocas y caricias. Hasta que una lo envolvió con su boca hambrienta, mientras la otra, me incitaba con batiente ternura que escupiera todo dentro de la otra. 

El infierno se hacia vida colmandome de gozos y deseos, no tarde en acabar...meloso y nectarino, me entregue al placer de sus secretos hasta derramarme en los labios inquietos y profanadores. Así, como no tardaron a volver el estado eréctil que amenazaba con diluirse entre sus dedos. La orilla de playa que creaba el río, sirvio de lecho para dar libre albedrío a sus fantasías, para su ecuestre y salvaje desfloracion.

Hoy ellas me recuerdan como el chico del establo, el mozo de papa.

Gustab.