Cascadas... (cuentos de velador)


El agua le corría desde la cabeza, hasta caer en cascada por sus nalgas. Cuando salió de la ducha, se miró al espejo. Tenía todo el pelo mojado y le envolvía una toalla. Miro su espalda. Se quedó quieta unos segundos, empezó a llorar, luego a reír. Era bastante bipolar, pero había aprendido a disfrutar, sus propios cambios repentinos.
Abrí los párpados y la encontré desnuda en las alturas. Sonreía. Comenzó a pasearse a lo largo de mi cuerpo, de un lado a otro, una y otra vez, modelando para mi. Su piel clara entre la oscuridad de las paredes mohosas y abandonadas, la claridad entre sus piernas. Su desnudez entre la luz y la sombra.
Aquella noche me había soñado, fue la primera de muchas, pero fue significativa por la sensación de realidad que le embargó al despertar. Despertó sudorosa y excitada, aún jadeante, con la piel en carne viva. 
Mis manos que aún se le antojaban, habían hecho de su cuerpo un templo de deseo. Sintió cada caricia cuando en su interior suavemente, sus labios humedecidos del éxtasis, la hicieron volver a la realidad. Despertó mientras me arrodillaba entre sus piernas retirando delicadamente la toalla, dejándola completamente al descubierto. Comencé a acariciar su piel, tal como ella había soñado, comenzando desde sus rodillas, ascendiendo por sus muslos y de ahí hacia su sexo, para quedar prendido de la pequeña joya que empezaba a erectarse entre sus delicadas carnes.
La acaricie suavemente, haciendo pequeñas circunferencias a su alrededor, mientras introducía un dedo en el interior, dejando que la humedad corriese mojando sus jadeos. Deje que mi lengua jugase con sus pezones, mientras la observaba arquearse bajo las sensaciones más excitantes. Descendí por su ombligo y... finalmente, introduje mi lengua, cálida y suavemente, entre sus piernas. La delicadeza de los movimientos, la hizo llegar al orgasmo, aullando bajo una luna que brillaba desde su interior.
Nunca entendió como había entrado en su cuarto, pero en el sanatorio hay muchos pasillos y puertas por las que entrar, y siempre, un loco deambulando en la oscuridad.

Gustab

"El sexo forma parte de la naturaleza. Y yo me llevo de maravilla con la naturaleza."

Comentarios

  1. Me pareció un texto maravilloso, donde los sueños de ella, plasmados en versos ardientes, se materializaban.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Un maravillo y excitante sueño convertido en realidad.
    Este loco, además de un loco maravilloso, tiene el poder de leer los sueños y hacerlos vida.
    Un beso enorme.

    ResponderEliminar
  3. De alguna manera, lo soñado se materializó con intensa lujuria.
    Que intenso.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Desde la oscuridad...

Entradas populares