Avecita dormida. (homenaje)

Nadie nunca había descrito mejor las desilusiones del amor... Nadie nunca lo había entendido, y así llegó un día un niño al sanatorio. Huérfano y falto de la vida que algún día nos alcanzó a temprana edad, dejándonos sin aliento y encerrado tras los barrotes de una cálida celda de cristal.
De ahí, solo un vertiginoso abismo de apoderó de su niñez, él con ya 38 años sigue buscando esa rama donde perdió la vida.
  1. "¿Habéis oído cantar un pájaro en la noche?      
  2. Suele ocurrir que un rayo de luna, un rayo levemente dorado, derramándose, derramándose por entre el misterio del follaje, alcanza la rama donde se acurruca el avecita dormida, y la despierta. 
  3. No es el alba, como imagina el ave. Pero... ella canta. Luego, si el avecilla es lo que se llama un equilibrado y fuerte pajarito, descubre su engaño, hunde otra vez el pico en la tibieza de las plumas y se vuelve a dormir..
  4. No obstante, avecitas hay, inquietas y frágiles, para quienes el rayo de luna tiene un poder de sortilegio. Y tras de cantar, saltan aturdidas y vuelan... Sólo que, como no es el día el que llegó, se pierden pronto en la obscuridad, o se ahogan en un lago iluminado por el pálido rayo de oro, o se rompen el pecho contra las espinas del mismo rosal florido que, horas después, pudo escucharles sus mejores trinos y encender sus más delirantes alegrías. 
  5. ¿Cuál es el rayo venenoso que despierta algunas almas en la noche, les roba el amanecer y las ahoga en una existencia de tinieblas?.
  6. Voy a revelaros el secreto de un niño que enloqueció de amor." 
        Eduardo Barrios

Nunca terminé este diario por completo, salte de una pagina en otras sin prestar mayor atención, hasta que salto un final esperado. Y me quedé con el prologo en la cabeza, hasta que conocí a ese niño-hombre, con el que converso, sentado al sol, en esos días en que el patio se vuelve el mejor de los panoramas.
Lo vi desde muy pequeño paseando paseando y mirando los rosales del jardín. La razón me la contó una enfermera, que desnuda esperaba calentar mi corazón, mientras esperaba que quitara la vista de la ventana y volteara para responder a sus intenciones de tranquilizar su alma y la mía.
Permanecí desnudo frente a los barrotes, mientras ella murmuraba el final de la historia entre mis piernas, balbuceando y chasqueando su lengua, mientras mis rodillas se doblaban, sin saber como detenerla.

Gustab, leyendo, leyéndote, gracias Eduardo Barrios.

Comentarios

  1. Un tipo que te está haciendo compañía, y para bien, parece, que la chica entre tus piernas pueda acabar el cuento.

    Un abrazo, Gustab

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Desde la oscuridad...

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