Cosquillas. ( cuentos para domir)


Al llegar la noche se descuelga de las telas, desciende silenciosamente, la siento caer, parece que sus patas me abrazan. Baja por mis ojos moviendo mis pestañas, juguetea alrededor de mi boca, como si me fuera a besar. Sus patas producen un cosquilleo inexplicable. sigue su descenso por mi cuello, se tambalea, pero sigue buscando en mi piel.
Camina por mi pecho, sacudiendo sus patas entre los vellos de plata y arena rubia, casi colorines. Sus patas se enredan entre los vellos, produce comezón, pero la dejo... me excita. De pronto la siento detenerse en mi ombligo, me llena de besos picantes, permanezco quieto, se detiene, guarda silencio y espera.
La humedad se apodera de todo, sudo con miedo, pero excitado. Todo se despierta en mi. Baja siguiendo la huella de los vellos erizados por su caminar. 
El cosquilleo se hace intenso. Miro en la oscuridad la perfección de sus telas, y como miles de bichos cuelgan de ella. Esta ahí, es fría, o yo, estoy muy caliente, no sé.
Estoy despierto, y siento cosquillas en mi erección. Sus patas son delicadas, muchos ojos me miran, la cabeza brilla en la oscuridad. Su caminar es húmedo e inquieto, palpito entre sus garras, ella se apodera de todo mi ser.
Una pequeña y miserable aguja se clava justo en mi piel más delicada, ha pasado mucho rato sobre mi, el dolor se hace intenso, sonrío, cierro mis ojos y me dejo llevar... placer? ... dolor?...

Muerde, y entonces el caudal llena sus quelíceros, y sus glándulas parecen inocular su veneno... pero esta vez, el veneno lo puse yo. Quedó paralizada, moviéndose entre espermas, sus miles de minúsculos pelos disfrutan de un baño, del que le será difícil escapar.

Gustab... intensamente, atrapado.

Comentarios

  1. Las arañas son maravillosas, no sé si para lo que tú las usas pero me encantan.

    Ocho ojos te miraban.

    Un saludo.

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  2. No las uso... me usan. Mucho que leer. Besos.

    Gustab.

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  3. ¿Qué hace Gustav? ¿Se va a atrever al violento ritual del apareamiento?
    La viuda solitaria espera el macho... Come y come insectos esperando el momento, el suyo, con un reloj en el abdomen entre telas tejidas con sus finos dedos. Él se acerca sigiloso y va tanteando los hilos pegajosos ¿le gusta jugar con el miedo? o desconoce que podría ser su última noche entre el delirio dejándose atrapar por quien no ataca pero que enloquece con el placer que recorre cada parte de su músculo erector y podría ser mortal.
    Él no no puede detenerse, se sabe atrapado pero el único delirio lo empuja a ella. Allí está su mandíbula, el veneno listo hasta al climax mientras grita y se retuerce en su silencio de viuda con el dolor de perderlo.

    Gustav comienza a reaccionar, el efecto de la pastilla cesa. Mira el rincón vacío y necesita que regrese la enfermera para sentir sus tentáculos haciendo coquillas en su piel.

    Mientras los demás detrás de la puertas siguen esperando el cambio.


    (por si no ves la respuesta...)

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  4. Las fantasías así de bonitas podrían hacerse realidad y no darnos pavor. Un texto imaginativo y muy bueno.

    Un abrazo y feliz año nuevo

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  5. Las fantasías hacen de la vida un placer vivirla Albada, yo se que tu entiendes esta historia.


    Luz, me encanta tu redacción, con una viuda negra así, me dejaría ir. jajaja

    besos para ambas.

    Gustab, me siento muy bien interpretado.

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  6. Un texto sumamente erótico donde se mezcla el placer y el dolor, o mejor dicho, ese dolor lleva al placer.
    Paso a dejarte mis deseos de un buen año entrante.
    Saludos.

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Desde la oscuridad...

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